Los ciclos del recuerdo
Conduzco un vehículo amortiguado de reliquias y nostalgia
pareciera empecinado, en traerte de la distancia.
Manejo con rumbo de sanación y en un punto álgido del recuerdo
me derrumba la emoción.
Son los ciclos del recuerdo, que empecinan y acentúan la nostalgia
que me llevan al suceso, que me topan de imágenes, frases, momentos
y se alumbran con fineza; sentimientos, verdades y dolores
que hoy abrazo en crecimiento.
En los ciclos del recuerdo, me confirmo titubeante
pues el poder de extrañarte, tiene un peso significante.
Te apareces deslumbrante, te paseas elocuente, te percibes invencible
y en el ciclo de recordarte,
tararea el pulso un canto más galopante.
Los ciclos del recuerdo vienen a desafiarme
a indefinirme y a retarme; a mostrarme vulnerable
a creer en el proceso, a abrazar los sucesos y entender una vez mas
que estamos todos de paso,
digiriendo y extrañando lo más amable.
Al momento cíclico, a la fecha, al pico del recuerdo
me permito abrazarlo con recelo, con emociones de consuelo
con nostalgia y conducción al puerto del alivio.
Manejo este vehículo con la misma ilusión de compañía
permitiendo y provocando, en la imaginaria, que la autoradio cante ‘no te separes’
que sigamos en dualidad, siendo impares
que busquemos en la realidad, en el ciclo alto del recuerdo
un lindo pensamiento, de la hermandad, de tenerte siempre
ahora que no te tengo.
Andrés Mesa
31 Mayo 23