Mejor cuando me lees:

Paremos todo y jalemos poco. ¡Momento! No hay prisa en realidad, al menos, no la que nos pisa.

Rebotamos los peldaños en pendientes y necesidades disonantes. Notificaciones, wi-fi, premuras, pequeñas decisiones y temores de los roles. Corremos, caemos y volvemos…no volteamos, no paramos, no huyamos que ya poco escuchamos las canciones y poco vemos nuestras manos.

Callamos a la orilla, respiramos y admiramos. Contemplamos en dicha y gozamos sin prisa caricias de la vida, momentos pequeños que no vemos, silencio, silencio, el mar, la brisa y tu risa.

Distraemos el momento con pendientes “elocuentes” y paramos la música para oír la voz del mar. Nutrimos la piel con arena mientras el sol energiza nuestra risa. Suspiramos en sonrisa y entendemos sin prisa, que nos merecemos y agradecemos nuestra dicha.

Así es mejor. En la soledad absorbida de la desconexión, en tu voz, en páginas escritas en otros años, en historias de la imaginación, en la voz de otro autor, en el silencio tierno de ser el uno para el otro. Así es mejor, cuando me lees… cuando me lees es mejor.

Andrés Mesa Z.

Nov 18