He de confiar
He de confiar. Como mandato de curación, como un lema de batalla, como quien suelta las amarras y se deja avanzar.
He de confiar en mi sangre, en mi mente y en mi corazón latente. He de confiar en mi gente, mi equipo y su corazón pendiente.
He de confiar, como un símbolo de pertenencia; como lo es el ave al viento y las ballenas a las corrientes oceánicas. Confianza en virtud de convencimiento, convencimiento en virtud de pertenencia... pertenecer a este momento, a mi, a los míos, a querer y poder seguir.
He de confiar, por sobre todas las cosas, en mi. En mi amuleto, en mi esencia, en mi carácter, en mi motor, en mi coraje.
He de confiar en mi, en mi poder curativo, en mi sinergia astral y ancestral con los míos, en el plan maestro, en la co existencia, en mi destino.
Confiar en soltar, en extirpar, en desprender y principalmente en reconocer: La colección de emociones, de pertenencias y de creencias que no circundan en el amor, es solo colección del dolor y no hay razón de almacenamiento posterior. El siguiente paso: el perdón.
He de confiar en mi futuro, a través de la realización de mi presente. Soy un ser fuerte, único y en vías constantes de reparación.
Porque hay un poco más allá de esa emoción, guardarla y ocultarla, ha echo mella en mi interior. Y he de confiar, en sanar desde adentro, en vulnerarme y exponerme, pues más allá de reconocerme, confío que la vida tiene mucho, pero mucho, mucho más que ofrecerme.
Andrés Mesa Z. Mar21