Despertar
Despertar, de la pausa, del trauma, de la oportunidad.
Despertar del aprendizaje a un ciclo de conciencia, de realidad.
Despertar en virtud de agradecimiento; de inhalar y exhalar.
Agradecer despertando, que a nosotros, los seres momentáneos,
nos han permitido un minuto ó dos; una vida entera más de encontrarnos.
Despertar al júbilo de una nueva mañana, a la narrativa inconclusa de la oportunidad.
Despertar en los sentidos, en las emociones, en la abreviatura linda de podernos mirar.
Despertar del sueño entumecido del status quo lograr, de querer alcanzar más allá de lo que hemos de necesitar.
Despertar en vísperas de renovación, de presencia, de inclinarnos más hacia el amor.
Despertar en lo individual, en lo pertinente de nuestro pisar.
Entender que despertar no es lo mismo que amanecer y que ambos se deben de agradecer.
Despertar pues, en ánimos de crecer, de cambiar, de evolucionar, de confiar…
Si antes no se hacia, hoy es un buen día para comenzar.
Si antes se ocultaba, hoy razones de sobra tenemos para enunciar.
Si antes nuestra mente lo bloqueaba, hoy tendremos madurez para considerar.
Despertar a la oportunidad, a la vida, a los lazos, a gozosos respirar.
Despertar a dejar fluir y de ahí construir.
Despertar al respeto, a la confianza y a la tranquilidad.
En las señales que constantemente nos lanza la vida, a esas oportunidades…
despertar, no para contemplar, sí para abarcar; para agradecer y para disfrutar.
Andrés Mesa Z.oct20