No hay más... más que andar
Postergar la conciencia a la inestabilidad. Desmerecer valentia con miedo singular.
Dejar navegar al barco del recuerdo vigilándolo celoso con catalejo. Pensar en enterrar un pasado peculiar y entonces preguntar ¿cómo lo llevo sin que éste alente mi caminar?
Ahí la tarea, los pendientes por trabajar. Pues la teoría, muchos la pueden predicar, miles la pueden declamar; más llevarla a cabo y salir adelante sin siquiera la rodilla raspar, ya es un muy distinto navegar.
Pues esto, no se muy bien que es, que nos define como singular, hace que toda teoría varíe sus teoremas a la práctica llevar.
Y sí, no hay más... más que andar.
ANDRÉS MESA Z. dic10