DESPUÉS ENTONCES
Después entonces, nos reconocemos víctimas de nuestros sueños. Después entonces, descubrimos los tropiezos de nuestros pensamientos.Después entonces, florecemos nuevos, algo alucinantes, gozadores de lucidez, ¿por qué no? algo arrogantes.
Después entonces, navegamos en los misterios propios de la conciencia, reconocemos el porqué de nuestra presencia, abrazando enjundiosos a la querencia.
Después entonces, mucho después del llamarnos por nuestros nombres, descubrimos la sinceridad que nos mantuvo ocultos, la que hoy nos hace hombres.
Y es después, entonces; que discernimos de formalismos y expresamos francos nuestros nombres, ya decididos, ya convencidos, ya sabedores de resultados inferiores.Logrando, después entonces, liberarnos de todas nuestras prisiones y conquistando nuestras verdaderas emociones.
ANDRÉS MESA Z. nov11